Mira que le he dado vueltas al asunto de la grabación de los Plenos Municipales, y no acabo de encontrar este súbito interés legal en que no se difunda el contenido de los debates del Pleno.
No creo que sea debido a ninguna “Ley” tal y como han referido una y otra vez la Alcaldesa y compaña. Ni el Secretario supo decir siquiera en cuál podría apoyar tan extraña decisión. Ni la vigente Constitución, ni el Estatuto de Autonomía recientemente aprobado, ni la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local, ni el Real Decreto 2568-1986, de 28 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de organización, funcionamiento y régimen jurídico de las Entidades locales, ni Real Decreto Legislativo 781/1986, de 18 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de las Disposiciones Legales vigentes en materia de Régimen Local.
Ninguna de estas normas ampara en ningún momento tal decisión, más bien al contrario, lo que pretenden en el fondo, la forma y el espíritu es facilitar la más amplia información sobre la actividad de sus instituciones y la participación de todos los ciudadanos en la vida local.
Así que si no es el cumplimiento de Ley alguna la verdadera razón para no permitir que un ciudadano pueda grabar el Pleno Municipal, deben existir otras que únicamente pueden basarse en la arbitrariedad y el oscurantismo.
Me explico: Las imágenes del Pleno publicadas por la Agrupación Local del PSOE-A de Almodóvar del Río tienen la virtud de reproducir, utilizando un plano general, la totalidad del Pleno, sin añadir o quitar nada. Estas imágenes se tomaron públicamente, es decir, es evidente que los que estaban en el Pleno sabían que se estaba realizando la grabación del mismo. ¿Por qué no se aplicó la “Ley” en esos momentos? ¿Por qué no se interrumpió el Pleno en defensa de la “Ley?” ¿Por qué no se llamó a las fuerzas de seguridad?
Ha quedado claro: No existe un argumento legal que impida la grabación del Pleno. Así pues, ¿cuáles son las verdaderas razones?
Sin duda, las podemos encontrar en el número de visitas que recibe la página web de los socialistas de Almodóvar y en la gente que accede a los vídeos de los Plenos.
Y en que las personas, cuando tienen información, opinan y fundamentan mejor esas opiniones.
Y que visionando como transcurre un Pleno en Almodóvar del Río uno no deja de tener, primero, una sensación de vergüenza ajena al comprobar el comportamiento del equipo de gobierno, y, segundo, de sorprenderse de las peregrinas afirmaciones en la que están basando su política y su gestión.
Matar al mensajero. Evitar que la ciudadanía conozca mejor como actúan los políticos que la representa. Eliminar cualquier posibilidad de que se pueda comprobar como se confrontan las ideas. Impedir que se descubra la ausencia de ideas. Es la primera lección que aprende un mal gobernante: evitar que los ciudadanos se den cuentan de cómo se gobiernan verdaderamente sus intereses.
Está claro, la gente comienza a ver los Plenos grabados, los comentan, opinan y comparten ideas, critican y conocen verdaderamente quién es quién, qué se hace con el dinero de todos, si se hace lo que se dice, cómo se hace.
El ciudadano se informa y compara los hechos, las palabras, los modos, las actitudes con lo que le contaron, lo que le prometieron o lo que criticaron, y, es evidente, alcanza los elementos necesarios para descubrir al mal político.
Eso es lo que la alcaldesa y su equipo de gobierno quieren impedir, ahí está su “Ley”, prohibir cualquier actuación que pueda poner en evidencia su verdadero ideario político, su escaso respeto a las mínimas normas de convivencia, su reducido comportamiento democrático o su inaptitud e ineptitud para gestionar los intereses del municipio.
La Constitución Española lo deja muy claro en su artículo 20, reconociendo protegiendo el derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.
Ese derecho ha ido conculcado en reiteradas ocasiones, seguro que con esta alcaldesa y su grupo municipal se repetirá de nuevo este ataque a los derechos fundamentales de los ciudadanos. Los socialistas de Almodóvar harán todo lo que esté en sus manos para impedirlo. Seguro.
No creo que sea debido a ninguna “Ley” tal y como han referido una y otra vez la Alcaldesa y compaña. Ni el Secretario supo decir siquiera en cuál podría apoyar tan extraña decisión. Ni la vigente Constitución, ni el Estatuto de Autonomía recientemente aprobado, ni la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local, ni el Real Decreto 2568-1986, de 28 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de organización, funcionamiento y régimen jurídico de las Entidades locales, ni Real Decreto Legislativo 781/1986, de 18 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de las Disposiciones Legales vigentes en materia de Régimen Local.
Ninguna de estas normas ampara en ningún momento tal decisión, más bien al contrario, lo que pretenden en el fondo, la forma y el espíritu es facilitar la más amplia información sobre la actividad de sus instituciones y la participación de todos los ciudadanos en la vida local.
Así que si no es el cumplimiento de Ley alguna la verdadera razón para no permitir que un ciudadano pueda grabar el Pleno Municipal, deben existir otras que únicamente pueden basarse en la arbitrariedad y el oscurantismo.
Me explico: Las imágenes del Pleno publicadas por la Agrupación Local del PSOE-A de Almodóvar del Río tienen la virtud de reproducir, utilizando un plano general, la totalidad del Pleno, sin añadir o quitar nada. Estas imágenes se tomaron públicamente, es decir, es evidente que los que estaban en el Pleno sabían que se estaba realizando la grabación del mismo. ¿Por qué no se aplicó la “Ley” en esos momentos? ¿Por qué no se interrumpió el Pleno en defensa de la “Ley?” ¿Por qué no se llamó a las fuerzas de seguridad?
Ha quedado claro: No existe un argumento legal que impida la grabación del Pleno. Así pues, ¿cuáles son las verdaderas razones?
Sin duda, las podemos encontrar en el número de visitas que recibe la página web de los socialistas de Almodóvar y en la gente que accede a los vídeos de los Plenos.
Y en que las personas, cuando tienen información, opinan y fundamentan mejor esas opiniones.
Y que visionando como transcurre un Pleno en Almodóvar del Río uno no deja de tener, primero, una sensación de vergüenza ajena al comprobar el comportamiento del equipo de gobierno, y, segundo, de sorprenderse de las peregrinas afirmaciones en la que están basando su política y su gestión.
Matar al mensajero. Evitar que la ciudadanía conozca mejor como actúan los políticos que la representa. Eliminar cualquier posibilidad de que se pueda comprobar como se confrontan las ideas. Impedir que se descubra la ausencia de ideas. Es la primera lección que aprende un mal gobernante: evitar que los ciudadanos se den cuentan de cómo se gobiernan verdaderamente sus intereses.
Está claro, la gente comienza a ver los Plenos grabados, los comentan, opinan y comparten ideas, critican y conocen verdaderamente quién es quién, qué se hace con el dinero de todos, si se hace lo que se dice, cómo se hace.
El ciudadano se informa y compara los hechos, las palabras, los modos, las actitudes con lo que le contaron, lo que le prometieron o lo que criticaron, y, es evidente, alcanza los elementos necesarios para descubrir al mal político.
Eso es lo que la alcaldesa y su equipo de gobierno quieren impedir, ahí está su “Ley”, prohibir cualquier actuación que pueda poner en evidencia su verdadero ideario político, su escaso respeto a las mínimas normas de convivencia, su reducido comportamiento democrático o su inaptitud e ineptitud para gestionar los intereses del municipio.
La Constitución Española lo deja muy claro en su artículo 20, reconociendo protegiendo el derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.
Ese derecho ha ido conculcado en reiteradas ocasiones, seguro que con esta alcaldesa y su grupo municipal se repetirá de nuevo este ataque a los derechos fundamentales de los ciudadanos. Los socialistas de Almodóvar harán todo lo que esté en sus manos para impedirlo. Seguro.
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